“Quizás cuando me criticas estás criticando, en realidad, a
las partes mías idénticas a las que no te gustan de ti. Una
piedra nunca me irrita, a menos que esté en mi camino.”
JORGE BUCAY
Siempre fui bastante crítica con la gente que me rodea (Nunca tanto como lo soy conmigo misma). No puedo negar que soy bastante "criticona" y es uno de los defectos que más me molestan de mí. Pero haciendo una gran auto-crítica, en varias oportunidades después de armar una frase desafortunada en mi cabeza sobre alguien o algo, logré darme cuenta que "eso" que me molestaba de ese alguien o algo, era algo que me molestaba de mi misma.
Suele pasarme ésto con mi papá. Mis días consisten en gritarle todo lo que no me gusta de él, prácticamente cada vez que me lo cruzo por la casa, por la serie de choques que tenemos desde que soy chica, y que siempre vamos a tener evidentemente (o al menos hasta que yo me rinda y acepte que no va a cambiar, que es así, y así tengo que aceptarlo, con defectos y las virtudes más maravillosas de éste mundo -sí,admiro a mi papá con todo lo que soy, pero no se lo digan-). Cada defecto que marco en él, lo veo día a día reflejado en mí. A medida que voy creciendo, más comportamientos similares a los que aborrezco ver en él, veo en mí. Así como también me doy cuenta de que siempre imito, o él me transmitió, muchas de sus virtudes.
En conclusión, me parece importante prestar atención ante cada actitud que nos disguste del resto, ya que eso es descubrir que nos molesta de nosotros. Una vez detectado, el defecto va a ser más fácil de controlar y hasta eliminar quizás. Considero fielmente, que estar en paz con uno mismo, es aprender a despejar nuestros defectos, o en el caso de no poder disiparlos, aprender a manejarlos, a controlarlos.