domingo, 23 de septiembre de 2012

La Familia

   No hay nadie en toda tu vida (si es que con ellos llevas una buena relación) que te apoye más incondicionalmente que tu familia. Porque a ellos poco les importan tus errores o defectos. Tienen tu sangre y/o te aman y con eso les basta para intentar levantarte el ánimo si te ven caído/a, para hacerte sentir en casa donde sea que estés; y para re ubicarte en lo que es tu vida, tu historia previa al nacer y además te dan un pantallazo de lo que fueron años anteriores dejando en evidencia ante tus propios ojos que tu edad es corta y que lo que tenemos es inexperiencia siendo adolescentes. Te demuestran que la mayoría de tus preocupaciones diarias son una tontería, en lo que luego será el recuento de lo que fue una vida con montañas y llanuras.
   A la vez, dentro de mi gran familia, suelo sentirme descolocada desde hace un par de años ya... Pero ésta situación no es más que un reflejo de lo que le sucedía a mi hermano cuando tenía mi edad; es decir que eso es, la edad. Se muy bien que ésta es una época de la vida en la cual encajar en un ámbito en el que no estén tus amigos respaldándote es complicado, y sentís que lo único que querés es ponerte los auriculares y escapar un poco de ese lugar dónde te sentís incómodo/a.

   En fin, la familia va a ser siempre y es tu lugar en el mundo así esté conformada por una, dos o 20 personas, por lo tanto la disfruto tal y cómo es, con sus defectos y virtudes, y agradezco cada día de tenerla conmigo.