Perdón por decirlo de esta forma, pero al hacer un balance sobre lo que fue mi año, digo: Estoy harta de extrañar...
Estoy harta de extrañar a mis amigos. Algunos porque no van al colegio conmigo, y no los veo seguido por compromisos de ambos, estudio, falta de tiempo; Otros porque simplemente la vida nos separó. Aunque también me pasa, y muy seguido últimamente, que vuelvo de salir con amigos, o de verlos, (donde sea, el tiempo que sea), y los extraño. No entiendo bien, si lo que me molesta es el estar sola, o lo que yo creo más factible: con ellos es donde mejor estoy, donde mejor me siento, donde mejor paso el tiempo en esta etapa de mi vida.
También estoy harta de extrañar a gente que ya no está. Me "enoja" el extrañarlos y no poder hacer anda al respecto.
Extraño a familiares que viven lejos, gente que murió, amigos, lugares, comidas, momentos, mi infancia, mis juguetes, mis tardes jugando con mi mejor amiga, mi perra, objetos, olores, tiempos y mi ciudad, con mi casa y mis cosas, cuando no estoy en ella.
Siempre trato de ver a la gente que extraño, y trato de hacer las cosas que extraño. Si no veo a un amigo, hago lo posible para verlo, aunque al fin y al cabo, creo que eso fue a lo que me dediqué en mi 2011. Si extraño ver dibujitos, prendo el televisor y busco alguno que me gustaba.
Tengo mucha memoria olfativa y visual, por lo que sí, extraño muchas cosas... Pero en mi memoria, en mi alma y en mi corazón, guardo las personas, los objetos y los recuerdos, que merecen ser extrañados.